Nació para vestir traje de luces allá por el 1893
La única Plaza de Toros en Tenerife se encuentra en su capital, Santa Cruz de Tenerife. La primera vez que este coso taurino abrió sus puertas, fue el 30 de abril de 1893. Según aparece en las crónicas municipales, formó parte oficialmente del programa de las Fiestas de Mayo de aquel año. Al parecer la edificación esta plaza tiene mucho que ver con el deleite que había en aquella época por lo español
Fue obra del arquitecto Antonio Pintor y Ocete, y aquel día torearon Mazzantini y Lagartijillo Chico. Con su estilo neomudéjar, forma poligonal de 33 lados y una capacidad para casi 7.000 personas, la plaza se convirtió en un lugar emblemático desde el primer momento. La gente iba vestida de gala, con sombreros de ala ancha y ganas de ver espectáculo y arte sobre la arena.


¿Y por qué una plaza de toros en Tenerife?
Muchos y muchas se preguntan: “¿Pero qué sentido tenía levantar una plaza de toros aquí si en Canarias nunca hubo un intenso arraigo taurino como en esa península?” Pues bien, en el siglo XIX se vivía una fiebre por lo español, por lo que se hacía por tierras peninsulares. Tener una plaza de toros era un símbolo de modernidad, de estar “a la altura” de las grandes capitales.
Además, los sectores más acomodados de Santa Cruz veían los toros como un espectáculo cultural de prestigio. Así que, aunque la afición nunca fue tan pasional como en otros lugares, se organizaban corridas de manera regular para una élite que quería parecerse a Madrid o Sevilla. Era más un símbolo de estatus urbano que una tradición popular real.

Años de gloria y anécdotas en el ruedo (1893–1924)
Desde su apertura en 1893, la Plaza de Toros de Santa Cruz fue el punto de encuentro de la élite y el público amante de la fiesta brava en Tenerife. Durante estas tres décadas, se celebraron corridas importantes con toreros que dejaron huella.
Una de las corridas más memorables tuvo lugar en 1904, cuando el diestro Rafael Guerra “Guerrita” visitó el coso chicharrero, ganándose el respeto y los aplausos de un público exigente y apasionado. Fue tal la expectación que las entradas se agotaron en pocas horas.

Tragedias y fiesta en la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife
En 1910, la plaza vivió una tragedia cuando un toro se escapó del ruedo tras romper una barrera durante la lidia y causó pánico en las gradas, aunque por suerte no hubo heridos graves. Se recuerda también aquella tarde en 1916, cuando el torero Manuel Jiménez “Chicuelo” sufrió una cornada que casi le cuesta la vida, pero que supo superar con valentía y terminó la faena con un valor que emocionó a todos.
Además, la plaza se utilizaba para otros espectáculos populares, como peleas de gallos y festivales de música folclórica, sobre todo en fiestas locales que mezclaban la tradición con la diversión.
Este periodo, hasta 1924, quedó marcado por una atmósfera de mezcla entre respeto a la cultura taurina y la búsqueda de momentos para el jolgorio y el encuentro social, con un Santa Cruz que poco a poco crecía y quería dejar su huella en la historia.

El fuego de 1924
La noche que todo ardió
En plena madrugada del 1 de mayo de 1924, mientras en Santa Cruz se celebraban los bailes de magos de Las fiestas de Mayo, un incendio arrasó la Plaza. Se quemaron las gradas, los palcos y hasta los chiqueros. Consta que ocho astados murieron quemados.
La plaza de toros volvió con más fuerza en 1927
Tras tres años de arreglos, en 1927 se volvió a abrir. Vinieron toreros como Pepe Belmonte y Angelillo de Triana y otra vez las gradas se llenaron de chicharreros y chicharreras con ganas de fiesta.
Época dorada del toreo
Por la plaza pasaron figuras como Dominguín, Curro Romero, Ángel Peralta y hasta el mismísimo Paquirri, que toreó en la celebración del 75 aniversario en 1968. Pero todo tiene su final: el 7 de enero de 1984 se celebró la última corrida de toros en Santa Cruz. Después, la plaza dejó de oler a toro y a clavel, y empezaron los aromas a carnaval y los sonidos a tambores y a guitarras y laudes.

El plan loco del 86: un coliseo pa’ 10.000 personas
Un proyecto que apuntaba alto
En 1986, el Ayuntamiento sacó un proyecto moderno que transformaba la plaza en un coliseo cubierto con capacidad pa’ unas 10.000 personas. Diseñado por el arquitecto Carlos Schwartz, la idea era cubrir la plaza con toldos desplegables (como en Múnich o Santander), con un sistema de 64 lonas sujetas por cables. Costaba unos 35 millones de pesetas, con la inflación, unos 427.398 euros de hoy en día. El objetivo era darle vida todo el año, no solo para el Carnaval.
La primera gala bajo toldos
Ese mismo año, la Gala de la Reina del Carnaval se celebró bajo la nueva cubierta. Fue un exitazo. Todo el mundo flipando con el invento. Desde entonces, la plaza se usó pa’ galas, conciertos, veladas deportivas, luchas, hasta patinaje.

Los conciertazos de la Plaza de Toros de Santa Cruz
Artistas que hicieron historia
Por ese ruedo pasaron:
- Celia Cruz (1988)
- Óscar D’León (1986)
- Miles Davis (1987)
- Jerry Lee Lewis (1990)
- Juan Luis Guerra, Mecano, Rubén Blades, Silvio Rodríguez, Joe Cocker, Jimmy Cliff, Molotov y hasta Ziggi Marley.
La plaza vibró con música latina, salsa, jazz, rock, pop… Todo cabe en un corazón con buena acústica.
Carnaval en vena
Desde 1986 hasta los años 90, la plaza fue sede de concursos de murgas, comparsas y la gala de la Reina. La gente salía con el alma en la mano y la voz ronca de tanto gritar. Era Carnaval en estado puro, sin filtros.

El triste cierre en 2003
Aunque ya no había toros desde el 84, la plaza seguía funcionando. Pero en 2003, las normativas de seguridad cambiaron, y el recinto no las cumplía. Tocó cerrar las puertas. Y desde entonces está como en pausa, esperando que alguien vuelva a creer en ella.

Cronología rápida
Año | Evento |
---|---|
1893 | Inauguración con Mazzantini y Lagartijillo |
1924 | Incendio durante las Fiestas de Mayo |
1927 | Reapertura tras la reconstrucción |
1968 | Corrida del 75 aniversario con Paquirri |
1984 | Última corrida de toros |
1986 | Proyecto del coliseo, primera gala con toldos |
1988 | Concierto de Celia Cruz |
2003 | Cierre definitivo por normativa |
¿Y ahora qué?
La plaza sigue ahí, callada, envejeciendo. Declarada Bien de Interés Cultural en 2014, ha tenido más de 30 propuestas de reforma, pero ninguna ha salido pa’lante. Da pena verla así, pero también esperanza. Porque si sobrevivió a un incendio, al abandono y a la política… ¿Quién dice que no puede volver a renacer?
La historia no ha terminado. Solo está cogiendo aire.