Sin saberlo, rumbo a San José de los Llanos
Hace unos días salí de casa sin rumbo, solo con el deseo de pasar un buen rato y dispersar la mente. Tomé camino sin destino, me fui a conocer un poco más esta tierra canaria rica en rincones preciosos. Carretera adelante, sin prisa y con pausas, sin saberlo yo, el día me depara una sorpresa inesperada, la visita a San José de los Llanos.
Rodando por las carreteras del norte Tenerife
Avanzando por mi rumbo sin rumbo, llegué al este del norte, siempre vuelvo al norte… Y es que no puedo evitar seguir la estela de los alisios. Ellos que todo lo que tocan convierten en vida, que acarician las cumbres y las medianías, que pintan los campos de verde y los matizan de mil colores. ¡Cómo no voy a seguir su estela! Yo, que nací respirando laurisilva, me tira más el norte. Aunque me gusta el sur, el norte me cautiva. Y andando por esos lares en tierras de esta isla, quedó atrás Tacoronte, La Matanza, Santa Úrsula, La Orotava, Los Realejos, San Juan de la Rambla, La Guancha, y hasta Icod… Y ya en el municipio del Tanque, San José de los Llanos atrajo sutilmente, ¡sí!, casi sin querer pero queriendo, nuestra visita, la que tocaba a “Visitarlasislascanarias”.
En San Jose de los LLanos, El Caserío de Los Partidos
Saliendo desde La Laguna, el recorrido hasta allí no llevará más de una hora y poco, pero la prisa no era compañera ese día. Tomamos la carretera de La Montañeta que va a Erjos, en Icod, y a cinco minutos de San José vimos a la derecha un desvío que ponía: “Caserío de Los Partidos”. Y para allá que nos fuimos por un camino de tierra bastante transitable, y no tardamos más que unos minutos en encontrar el lugar.
Un alto en medio de la nada, una llanura entre altozanos y montañas a la sombra del Teide, al zoco de pinares y floresta autóctona. Sobre un suelo de picón y lava, de tierra sufrida pero agradecida, se ven las planicies rodeadas por derruidas paredes, donde antiguamente se sembraba trigo. En la actualidad se ve en rededor el paso imparable del tiempo. El abandono de los campos antaño labrados devuelve una imagen a medio camino entre lo que fue y lo que será. Fue la despensa de muchas familias y será, irremediablemente, parte de la foresta salvaje que crece imparable de regreso a sus orígenes. Desparramadas y casi ya difuminadas en el entorno, vestigios, solo ruinas de algunas viviendas que fueran moradas de los aparceros, allá en tiempos de otros tiempos.
Billete asegurado al mundo de lo espectacular
En pie, como bandera del recuerdo, se mantiene un caserío precioso por el que no parece haber pasado más que algún invierno, entrar en él, te regresa a otro siglo, a otra historia de la Historia. El Caserío de Los Partidos, convertido en la actualidad en hotel rural, no se deja atrás ni un detalle. Paredes de piedra y suelos de terrazo envejecido, acompañados de la arquitectura y decoración de épocas antiguas canarias. Y a su alrededor, senderos y caminos que van y vienen serpenteando cual si fueran las venas de la isla. Invitando al visitante a paseos interminables con billete asegurado al mundo de lo espectacular, a la belleza espontánea de lo natural, en El Parque Nacional del Teide.
Un paseo lleno de matices y de presencia en esencia
Nos dimos un buen paseo, después de visitar el recinto hotelero, un paseo enriquecedor. Mirar, solo podía mirar, ver, oler, escuchar y callar. No me gusta comparar, comparar es medir, evaluar, cotejar todo con algo anterior. Creo que cada tiempo hay que dejarlo en su Tiempo, cada momento en su momento, cada cosa, cada acto y persona en su lugar, en su circunstancia especial. Esa fue, esa es, su razón de ser, es lo que tiene evolucionar. Al final, lo que cuenta es disfrutar del momento, ese que es cuasi efímero en su duración, y que tenemos seguro sólo cuando ya pasó. “Visitarlasislascanarias” lo ha disfrutado al máximo, les deseamos lo mismo.
Parajes bellos de esta parte del mundo, la intención solo es compartir, llevarles un poquito de vida de la que se nutre esta web canaria, espero que les agraden las vistas.
