La latonería es un oficio de gran arraigo en Canarias. Sin embargo, desde hace varias décadas el número de latoneros en las islas ha descendido considerablemente. Un oficio cuasi familiar que ha sucumbido a los avances tecnológicos y a la modernidad llegando casi a la desaparición actual.
El oficio de latonero en Canarias
El oficio de latonero es un trabajo que en principio solo hacían los hombres. Requería el conocimiento de una técnica de trabajo sencilla pero laboriosa. En Canarias fue siempre transmitido de padres a hijos varones, de generación en generación y desarrollado, por tanto, dentro del ámbito familiar.
La demanda que existía antes de los productos de los latoneros ha caído en los últimos años de forma considerable. No sólo por el cambio de una economía tradicionalmente agrícola a una dependiente del sector servicios. A esto se le une la práctica desaparición de este material. Y es que, con la llegada del plástico, la electricidad y el acero inoxidable, el latón fue relegado a un discretísimo segundo plano.
El latonero elaboraba muchas piezas en sus talleres. Pero su oficio también incluía hacer arreglos para ajustar piezas que se estropeaban con el uso. Ejemplo de ello era poner fondos de calderos, soldar asas, cucharones, etc.
La pieza de latonería más representativa, además de ser la que más demanda tenía y tiene, es el farol. Sin embargo también elaboraban otros. Era frecuente encontrar en las casas tradicionales canarias, lecheras, regaderas, foniles, faroles, aceiteras, cubos, cacharros para el gofio, palas, palmatorias, candiles, etc. Todas ellas eran piezas muy usadas en los hogares canarios. Sin embargo hoy día han pasado a convertirse en meros objetos decorativos.
Podríamos pensar que este tipo de producto estaba limitado al uso doméstico, sin embargo no quedaba ahí la cosa. En las islas podemos encontrar útiles agrícolas realizadas por ellos tales como: regaderas, azufraderas, calabazos… Pero también objetos relacionados con otras actividades económicas como palas de tenderos, embudos, vasos de medidas estándar de 1/4,1/2, y “litros”, para las tiendas.
Algunas piezas tradicionales de la latonería en Canarias
El mechón de petróleo
Era un sistema más económico que sustituía al lujoso “Petromax“. El sistema del mechón consistía básicamente en un depósito con petróleo y una mecha de trapo. Los pescadores lo usaban durante la noche en las lanchas que salían a pescar. Pero también era frecuente verlos por las orillas del mar cuando salían a mariscar.
El carburo
Era un aparato de alumbrado esencial en las casas tradicionales. Consistía en un depósito exterior con agua y otro interior cónico con piedra de carburo. Éste último se sumergía en el depósito que contenía el agua, formándose el gas de acetileno haciéndose la luz.
Se usaba en el interior de las casas y en galerías de agua. En exteriores lo usaban en las fiestas, las turroneras, los ventorrillos y otros negocios.
La capuchina de petróleo
Consistía en un depósito con petróleo y una mecha de trapo. El recipiente cónico se fabricaba cuando no escaseaba la hojalata; pero cuando escaseaba se usaban los envases de leche condensada.
Se usaba en el interior de las casas para alumbrarse durante la noche, en habitaciones, sobre la mesa de noche, la cocina,…
El farol de “campo” con vela o capuchina
Se usaba en todas las actividades del campo: con vela se usaba para moverse durante la noche de un sitio para otro; salir de madrugada hacia la ciudad o algún pueblo vecino, por las veredas del monte o la playa, para vender sus productos o comprar otros. Con capuchina se usaba en las cuadras y en el riego nocturno.
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