Carruajes del siglo XVIII testimonio genuino de la historia de Tenerife
Estos carruajes de las fotos me los encontré no muy lejos de mi casa, en un museo de la historia. Son testimonios genuinos del siglo XVIII (18), cuyas ruedas se pasearon por las calles de La Laguna, y otros caminos de la isla de Tenerife. Son dos coches de caballos que, desde ya les digo, pertenecían a las altas clases sociales. En ellos viajaban personajes pudientes de aquel tiempo, así como importantes personalidades políticas y de la realeza que llegaban a la isla, -que no eran para la plebe, vamos-.
Carruajes del siglo XVIII un Lando y una Berlina de Francia
El negro es un Lando del siglo ya mentado, fabricado en Inglaterra. Considerado como un vehículo de lujo y muy cómodo, fue muy usado hasta principios del siglo XX. El otro cual carroza de cuentos, es una Berlina de origen Francés. De estilo rococó está hecha en madera policromada y dorada, bajo mi punto de vista esta berlina marca la diferencia de clases con creces. Sea como fuere el presente se hace de alguna manera con las reminiscencias del pasado, y estos coches de la época colaboran en la labor estupendamente.
Historia de carruajes mágicos de cuento, de siglos pasados
Supongo que recuerdan aquellos carruajes de cuento, aquellas carrozas mágicas capaces de viajar en el tiempo además de en el lugar. Se me vino a la cabeza la Cenicienta, menesterosa que sin zapato se fue aquella noche del castillo, corriendo, volando escalera abajo en busca de su calabaza, símbolo de Halloween venido a carroza real. Mientras esa joven desamparada de la suerte, cambiaba su vida azarosa con aquel zapato perdido en la intemporalidad de los tiempos, John Wayne hacia los primeros western. Sentado en su carruaje, tiraba de las riendas de los caballos salvando indios y forajidos por los caminos del Oeste.
Carruajes de película John Wayne, Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Sherlock Holmes…
Más tarde llegaría otro clásico que de nuevo nos hizo viajar en calesa. Y es que Mr. Hyde, cuando no era el Dr. Jekyll, se paseaba en las madrugadas por las calles de Londres al resguardo de su coche de caballos, con el propósito de encontrar a sus víctimas. Representativos también de aquel detective intrépido, el tal Sherlock Holmes. Que subido en aquellos carruajes, deambulaba por las calles del Reino Unido, resolviendo los más variopintos crímenes de la ficción, todo un icono de la literatura mundial. Estos son algunos ejemplos, porque existen infinidad de remembranzas a las carrozas, carruajes, coches de caballos y demás.
Carruajes del XVIII en La Laguna, en Tenerife, en la historia…
Cuando observaba aquellos carruajes, ahora en pleno siglo XXI, cerré los ojos, e intenté escuchar y sentir, rememorar… Imaginé aquellos caballos al trote sobre el empedrado de las calles de La Laguna, o cualquier ciudad importante de Tenrife, las ruedas de las berlinas retumbando sobre el suelo adoquinado de la época. Por unos segundos viajé en el tiempo, por unos segundos me subí en aquella calesa y viajé por la historia. Me gusta tener noción del pasado estando en el presente.
Un saludo, gracias por estar, y que tengan Buena Vida.